Nota a la coherente estupidez humana
Tenía frente a mí,
A una chica anónima,
Más o menos guapa,
Y junto a ella había,
Un imbécil de melena rubia
Y mirada vacía... llana.
Y la chica coquetea
Entre quejas y cariñosos improperios,
Tan imbécil como él, ella
Recompensa con sonrisas sus descuidos,
Su arrogancia,
Y su despreocupada indiligencia.
Bah...
Al fin y al cabo, no se por que me quejo,
Son tal para cual,
Un imbécil indolente
Enamorado de su reflejo.
Por: Jordi San Roman Monteagudo (28/09/07)
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