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No soy bueno... si sólo quieres recordármelo, save it!

Poesía

Pulverized dreams (sueños pulverizados)

Miré al cielo…de nuevo,

Y no vi nada que me sorprendiera,

Tan sólo miedo,

Sólo una inmensidad eterna.

 

Alguien se va…de nuevo,

Y no siento nada que me sorprenda

Tan sólo miedo,

Sólo dolor y soledad.

 

Sin nada por lo que lidiar,

Nada que me haga seguir a delante

Desesperación exasperante

Y recuerdos de toda una vida.

 

Cause I saw the rainbow

Which pulverized my dreams. (porque  vi el arco iris que pulverizó mis sueños)

 

Y no se que hacer,

Que decir,

Cuando otra persona se marcha,

Otra esencia de mi vida que atardece,

Acaeciendo cuanto ya no se ni predecir.

 

Otra persona querida,

Otra persona adorada,

¿Y que importa ya? ¿Qué hago?

Una más… mi vida,

Una sombra abandonada

Por quienes la proyectaron.

 

And I hope nothing.

 

Desesperada lluvia inconsecuente,

Ríos de agua apagada,

Y montañas con nieve impertinente.

 

Pero a nadie puedo culpar

Más que a mi mismo,

A nadie implorar auxilio,

A nadie puedo ya ayudar

Más que a mi mismo.

 

Y no hay sueños…

No espero nada,

No tengo esperanza,

Ni ningún deseo.

 

Cause I saw the rainbow

Which pulverized my dreams.

 

Y vuelvo a sentir el abrazo del miedo,

Prietas cadenas de ansiedad,

Y el crujir de mis huesos

Bajo el peso de la soledad.

 

Yet nothing I shall fear,

Cause nothing can destroy me

Mas tengo miedo,

Estoy asustado,

Even if I shouldn’t

Y no me queda qué llorar.

 

I hided my head; I wanted to drown my sorrow,

And hope there was no tomorrow. (escondí mi cabeza ; quería ahogar mi pena, esperar que no hubiera mañana)

 

Ah…maldito despertador…

 

Por: Jordi San Roman Monteagudo

 

PD: lo que está entre parentesis es la traducción 

Oda al ignorante ilustrado

Ah de la sandez del ignorante ilustrado,

Ah de aquellos que aprenden sin saber,

Ah del estúpido titulado,

Ah... sandez de horas que desperdiciaste.

 

Irisada dices...irisada...

 

Y sin embargo gris palabra

Manchada de blanco hastío

Y tachada de cargante vacío.

 

"Poeta aburrido

Se prendó de una joven muchacha,

Amoroso contenido,

Oda de lucidez entrecerrada,

Pues le vio todo

Pero perdió sus ojos."

 

Y no se a donde mirar,

Que hacer,

Cómo olvidar que estoy aquí

Y volar y ser...

Fuego de juventud pasión y vida,

Y olvidar que estoy aquí.

 

"Pues le vio la piel, la carne, la cara

Mas se perdió su mirada."

 

Bah...

 

Ni describir puedo

El desprecio que por ti siento.

 

"Pues le vio cuanto pudo desear

Mas ella... no lo llego a mirar."

 

Por: Jordi San Roman Monteagudo (28/01/08)

 

No me gusta mucho este poema, lo escribí en clase de literatura catalana y se lo dedico a mi profesor.... se que el poema no es muy bueno... pero él tampoco es que lo sea xd.

Por cierto... en respuesta a tu comentario sak... no no me sale ni con música ni sin ella. me dice que no encuentra la página xd... sorry aunque gracias de todos modos, eres encantadora.

Aquel amada compañera

Aquel amada compañera Y sin embargo nadie se percató,

Entre las decenas de personas que "lo admiraban,"

Nadie estuvo a su lado cuando se murió.

 

Amaneció tranquilamente aquel día,

Bañado en esperanza, en sueños,

Caían rayos de luz, refractada en su cabello,

Y sin embargo, llovía.

 

Pues eran las estrellas,

Eran las gotas de lluvia,

Eran las almas yertas

La nueva esperanza que nacía.

 

Y era la asesina, alma muerta en deseo,

Viuda triste y plañidera,

Estéril corazón terreno y yermo

De avaricia, dinero y sangre recubierta.

 

Lloró a un muerto

Lloró a un abogado,

Lloró a un sueño

En la arena sepultado.

 

Y sin embargo nadie se percató,

Entre las decenas de personas que "lo admiraban,"

Nadie estuvo a su lado cuando se murió.

 

Le asaltaban por la noche,

Pesadillas y sueños extraños,

Imágenes de reproche

Y muertos despiezados.

 

Y unos marinos ojos

Clavados con saña en su mente,

Siempre los recuerdos,

Uno tras otro, pero los mismos siempre.

 

Soñaba sin dormir,

Vidas de ensueño recordaba

Sumergida en quimeras divagaba

Un frío y ficticio transcurrir.

 

Diáfanas aguas de un río antiguo,

Calmado y sereno,

Vacío, y casi seco,

Venas de estúpido, y de asesino.

 

Nombres que ululaban por los rincones

Pequeños pasillos y sucias habitaciones,

Nombres que sollozaban oraciones

Pensamientos de pena, y contradicciones.

 

Y decía la voz...una de tantas:

 

-Bueno...malo,

¿Eres?

Bueno... malo,

¿Haces?

Bueno... malo,

¿Naces?

Bueno... malo,

¿Te conviertes?

Bueno... malo-

 

Y sin embargo nadie se percató,

Entre las decenas de personas que "lo admiraban,"

Nadie estuvo a su lado cuando se murió.

 

La mujer...aquello,

Se tornó errático, solitaria,

Se tornó adusto y fría,

Se tornó silenciosa,

Se tornó silencio,

Sola.

 

Rodeada de frías sonrisas,

Entre docenas de hoscos brazos

Sexo, y falsos afectos,

Sucia y sola se sentía.

 

Y quedó así abandonado,

Sonriendo vacía ante una sonrisa,

Amigablemente embustera ante una amiga,

De sonora y calidamente adusta risa,

Quedó, perfectamente integrado.

 

Y sin embargo nadie se percató,

Entre las decenas de personas que "lo admiraban,"

Nadie estuvo a su lado cuando se murió.

 

Y aquella mujer, antaño bella,

Antaño sensual y tentador,

Podrida su alma se convirtió en aquel...

Vacua sangre de pasión incolora.

 

Y roja parecía sin embargo

La noche que la encontraron,

Roja mientras colgaba del techo.

Roja, mientras bañaba el suelo,

Rojo el charco y las lágrimas de desconsuelo,

Mentiras, y nimias frivolidades de entierro.

 

Y sin embargo nadie se percató,

Entre las decenas de personas que "lo admiraban,"

Nadie estuvo a su lado cuando se murió.

 

Pasaron los días,

Luto de compromiso y mentiras,

Pasaron los años,

De risas y francos olvidos.

 

Y sin embargo nadie se percató,

Entre las decenas de personas que "lo admiraban,"

Nadie estuvo a su lado cuando murió.

 

Pues aun antes de dejar de palpitar su corazón

De quedarse sin aliento,

Ya se había marchado,

Y había muerto.

 

Y sin embargo nadie se percató,

Entre las decenas de personas que "lo admiraban,"

Nadie estuvo a su lado cuando se murió.

 

Que aquél cuerpo de alma agusanada

Era solo, carne sucia y sobada,

Vasija de deseo, desilusión desesperada,

Vestida en roja carne, blanca piel deshabitada.

 

Y sin embargo nadie se percató,

Entre las decenas de personas que "la admiraban,"

Nadie la echó en falta cuando se marchó.

 

Pues era diosa de muchos creyentes,

Belleza de absorbentes goces,

Placidos, llenos de intemperantes matices

Libidinosa mujer de amores,

Fe de carne y podredumbres.

 

Mas... ¿es sorprendente?

¿Es extraño? ¿Tal vez chocante?

Simple realidad intranscendente,

Día a día de un cuerpo de corazón vacante.

 

Y quizás nadie se dio cuenta,

Entre las decenas de personas que "lo admiraban"

Quizás, por que en el fondo, siguió siendo lo que era.


Por: Jordi San Roman Monteagudo (09/05/07)

Elegía germana por una mujer de blondos cabellos

Hoy recorrí,

Los senderos de la ignorancia,

Y ni me di cuenta,

Hoy descubrí...

El verdadero sentido de la impotencia.

 

Al mirarlo,

Ese mundo de sinuosos trazos

Caprichosos designios de musa enamorada

Y contemplar,

Inertes mentes de ideas y materia yerma.

 

Ah... del examen que aprobareis.

 

Si esos artistas levantaran sus ya extintas cabezas,

¡Qué a gusto quemarían su obra!

O la dejarían a recaudo de quienes la entiendan,

Examen, examen...  examen e ignorancia ignota.

 

Pues pasaron de largo ante los más bellos paisajes,

Las más sutiles composiciones,

Y solo veían su examen

Colgado de las paredes,

Y en los pedestales...

Notas y calificaciones.

 

Y son la sangre y la mente

De un incierto futuro,

Son toda la gente

De este agonizante mundo.

 

Y una dominadora mujer se alzaba de entre todos ellos

Cual victoria guiando al pueblo,

Sí, aquella aprendiste de memoria

Aunque no la entendías,

Más... ¿A quien importa?

Dulce oda de la aplaudida ignorancia idiota.

 

Y serás mejor que yo...

Con más dinero,

Y serás mejor que yo...

Mejor empleo,

Y serás mejor que yo,

Pero te compadezco.

 

Y serás, con mucho, más valorada de lo que yo seré jamás

 

Y en tu despacho,

Llenas de títulos tus paredes,

Te presentaré una escultura

Citarás estilo autor y fecha

Y todos aplaudirán... cuan sabia eres,

Yo hablaré de sentido, sentimiento y fuerza,

Y me iré en silencio... antes de que se hayan despertado.

 

Y al mirar al fondo de tus ojos,

No veré nada,

Pila incendiaria de harapos y despojos.

 

Y sin embargo

Serás mejor que yo,

Pues no es más fuerte el sabio

Que el ignorante cualificado.

 

Aquella tarde las insignias formaron

Y en silencio cantaron

Un himno de ausencia

De sonido y de amor

Mas con un doctorado.

 

Por: Jordi San Roman Monteagudo (15/01/08)

Media lira a una desconocida

Era...

Flor de invernadero,

Viento y soledad de pensamiento incierto,

Era...

Cuanto puedes ver un una mirada,

Vidrio, hielo, y ardor de rejuvenecedora llama.

 

Era... y es...

Tempestuoso capricho,

Música estancada entre lienzos inauditos,

Pues era... y es...

 

Nimiedad de estabilidad quebradiza

Envuelta entre ostentosas sedas de embrionaria pretensión,

Recuerdo intransigente, arrogante mirada de quien no vió...

Yaciente sueño de sensual fantasía...perdida.

 

Y casi ni te ví,

Ni supe de ti más que lo contado,

Pues no te conocí,

Ya que vi en tu mirada yermo campo

Tiempo hace abandonado.

 

Por: Jordi San Roman Monteagudo (15/01/08)

 

En fin.... otro poema por encargo por el que no me han pagado.... xd xd xd.... hacía tiempo que no escribía ningún acróstico... aunque supongo que no estará tan mal (segunda estrofa.... pone Nery... el nombre de la chica que me lo pidió)

PD: sak.... en cuanto tenga timepo te comentaré tus actualizaciones.... que ayer te luciste xdxdxd

Carla VI

No me siento bien,

Tu voz, ahora ya seca y distante,

Me trae recuerdos,

De cómo te quise... y me dejaste,

Recuerdos sin embargo bellos,

Recuerdos que hacen hervir los pensamientos en mi sien.

 

Indiferencia y sueño,

Y sabias palabras de hielo,

Diciéndome que no te conozca,

Que no hay segunda oportunidad

Para tu carne seca, estéril, hosca,

Y tu mirada de tibia e indiferente vanidad.

 

Y sin embargo te escuché...no se por qué,

Te escuche y no me siento bien.

 

Escuché el deje de odio en tu voz,

Y como me mentías,

Escuche y entendí... ya no me querías,

Y sólo sentí una lágrima a favor de mi razón.

 

Y se que tengo que halarte,

Se que hay algo más,

Y se que no es bueno

Mas se que es inevitable.

 

Y sin embargo te escuché...no se por qué,

Te escuche y no me siento bien.

 

Pero por una vez...

Pienso cambiar mi destino,

No pienso hablarte,

No voy a soñar contigo

Ni a culparte de nada,

Pues soy dueño de mi camino.

 

Y sin embargo te escuché...no se por qué,

Te escuche y no me siento bien.

 

Por: Jordi San Roman Monteagudo (13/01/08)

Caballero de infatigable mirada

Y pese a que el dragón estaba muerto

El caballero no envainó su espada,

Siguió, contra sombras combatiendo,

Siguió pues ni sabía que luchaba.

 

Y con su cabalgadura ya cansada,

Vagaba por tierras cercanas,

Con su cabalgadura muerta

De hambre y edad junto a su vereda.

 

Y la enterró.

 

Una tumba de crines castañas,

Sin piedras,

Ensoñado panteón

Sin hiedras

Ni epítetos,

Una tumba de herraduras desgastadas.

 

Y el caballero... ahora mero transeúnte,

Continuó lidiando sus reyertas,

Y todos le conocían,

Un hombre que sin enemigos ni guerras

Luchaba contra bestias y ladrones.

 

No le admiraban...

No le burlaban...

 

Y su armadura se oxidó

Corroída por su propio sudor

Por la sangre de los enemigos

Y los años de combate, lluvia y sol.

 

Y la enterró.

 

Allá donde pudo quitársela,

Junto a un almendro,

Y se fue con su reyerta

Allá a donde le llevó su derrotero.

 

Y aún sin espada,

El caballero... anciana sombra de decrepitud,

Continuó combatiendo... incansable su cruzada,

Inquebrantable su espíritu.

 

 

 

 

Hasta que un día... demasiado viejo,

Fue vencido y muerto

Por una manada de bípedos lobos negros

Y encontrado, aún en pie, junto a la sombra de un sendero

 

Y lo enterraron.

 

Por: Jordi San Roman Monteagudo (13/01/08)

Crítica social incompleta de una mañana desperdiciada.

Estando una mañana

Sentado en los falsos jardines de Atenea,

Desiertos de yermo viento y arena,

Barcos de voluntad varada.

 

No hay plantas,

Ni vida,

Ni luchas,

En esta tierra baldía.

 

Y los hombres son buenos,

Los hombres se ayudan,

Pues no hay oro en las dunas

Y solo gigantes cuerpos de tanques muertos.

 

Y los niños saltaban,

Los niños reían,

Pues era blanda

La tierra sobre al que caían

 

Sin más que comer

Que cuanto requerían,

Sin nada que vestir

Que lo que les abriga,

Pues no hay codicia

Sin envidia y oropel.

 

Por: Jordi San Roman Monteagudo (13/11/07)

Te quiero.... oda a una blanca novia en el día de su boda

Oro, no,

Una vorágine de rayos de sol,

Estrellas encerradas en un mar de espejos.,

Reflejos destellantes de miedo

Cuando te veo…

 

Sin ti… no tiene sentido,

No tiene sentido el amanecer

La noche o el silencio,

Si no los podemos tener.

 

Por eso hoy…

Como otras veces,

Estoy contigo, yo,

Entre sueños y diamantes.

 

Por eso estuve,

Hace ya 6 meses,

Pidiéndote…

 

No tu mano,

Si no tu tiempo,

Cada una de las mañanas,

De los instantes amargos,

Para que estemos juntos,

Y todos los buenos momentos,

Para que estemos unidos.

 

Por ello…

Cuando te despiertes con el cabello alborotado

Y el maquillaje se esparza por tu blanca tez de fuego,

Te mirare maravillado,

Preso de tu encanto y solo podré decir…

Te quiero.

 
Por: Jordi San Roman Monteagudo (22/09/07)

Believe o apología al propio idealismo perdido. Loa a una canción conocida.

Believe o apología al propio idealismo perdido. Loa a una canción conocida.

Entre los gritos de las gentes

Que poblaban el lugar,

Entre la sangre de combates

Que quedaban por librar.

 

Había un pueblo que vivía

Asustado y encogido,

Por mil hordas invadido,

Sangre y muerte contenida.

 

Estaba aquel lugar

Perdido en la estepa

De un país por encontrar,

En una lejana era.

 

Casas negras y mohosas

Dibujaban calles borrosas,

Por donde pasan las personas

Asustadas y andrajosas

Pequeñas, dudosas,

Cielo gris, brisas heladas.

 

Por abreviar diré,

Que un día nació un personaje,

Un héroe y un hereje,

Hijo sin padre,

Padre sin hijo,

Compañero sin amigo,

Corredor del camino.

 

Este chico era guerrero,

Y partió de niño a librar batallas,

Nadie se entero,

Nadie lo conocía,

Su madre pensó perderlo en tierras lejanas,

De las que por sus cartas sabía,

Sol de un calor lejano

Y palabras en un idioma extraño.

 

Pasaron casi diez años

De soledad de una madre sin abrazos,

De llantos de un hijo sin besos.

 

Un día regreso,

Nadie se enteró

Simplemente lo ignoraron,

Quizás ni lo notaron,

Pero el héroe estaba allí.

Y en su harapienta cama,

Su madre lo recibió enferma,

Apenas para que la viera morir,

Apenas, para poderse despedir.

 

Y solo le dijo,

Moribunda y sonriente:

-Sabía que volverías,

Siempre esperé volver a verte,

Que grande se ha hecho tu cuerpo,

Y... que bello,

Que triste está tu corazón,

Y que... pequeño,

¿Ya crees hijo?-

 

Y murió sin oír la voz de su hijo,

Sin ver sus lágrimas,

Sentir sus caricias,

Sus abrazos,

Su orgullo y sus relatos,

Como su corazón predijo.

 

El hijo la llevó a cuestas

Por el pueblo, hasta el cementerio,

Y cavó una tumba sin entierro,

Como lápida apenas un par de piedras,

Nadie se enteró.

 

El hijo heredó la casa

Y quedó allí sin lo que buscaba,

Pues solo quería a su madre,

No tenía tierra,

No tenía hambre,

Volvió por lo que era,

Un hijo, lloroso y asustado,

Que buscaba un abrazo.

 

Años después pasaron unos bárbaros,

Y tomaron el pueblo,

Simples enviados

De algún gobierno.

 

Entraron cinco en su casa

Mal hablando su idioma,

Dijeron algo de una paloma,

O un águila, un ave extraña.

 

Dijeron,

Que aquel lugar era parte de su imperio

Nueva parte de su nación.

-Este es el país de una mujer,

Entre estas cuatro paredes

En las que se encuentran ustedes,

Son invasores que han de obedecer-

 

-¿Y que ejercito nos someterá?

Quizás las ratas,

O la humedad y sus grietas,

Este ridículo país ¿Quién lo defenderá?-

 

El invasor fue a reír,

Pero se encontró sin cuello,

No alcanzó a percibir

Como le cortaron el pescuezo,

 

-A un país, aún a los olvidados,

Lo defienden sus soldados-

 

El joven tomó sus dos espadas

Y fue a luchar con ellas.

 

Lucho durante dos horas

Matando a trescientos hombres,

Como hacía en las legiones,

Pero hundido en lágrimas.

 

Mas nadie se enteró

De quien era el forastero

Que luchaba con esmero

Contra un ejército entero.

 

El héroe murió

Tras seis horas de reyerta

Y novecientos muertos,

No por espada ni ballesta,

Ya que el frío lo mató

Dejándole entre sus enemigos.

 

Sus enemigos nunca lo supieron,

Los ciudadanos jamás se enteraron,

Pero aquel país de dos

Había vencido a sus soldados.

 

El pueblo fue sometido,

Conquistado y olvidado

Entre las ventiscas

De las mentiras.

 

Por que el héroe jamás

Vence con sus armas.

Y él... no se si se reunió con su madre,

Cuando muera lo sabré,

Pero murió feliz y sonriente,

Como solía hacer su gente,

Los habitantes de aquél país de dos,

Aquél país, de amores olvidados.

 

Por que no importa como vivas,

No importa si mueres,

Lo que hagas, cuanto te equivoques,

Si sueñas, si lloras

Y te olvidan,

Pues no importan,

Las pasiones de los que quieren,

Los que aman,

Los que simplemente viven,

Y son felices,

Por que solo de una forma vences

Aunque mueras bajo la nieve.

Believe!

Por: Jordi San Roman Monteagudo (07/10/06)

 

Hoy me aquerdo de tí... Spike...Fénix 

Polvo en las ventanas

Me senté, en un lugar,

Donde caía una extraña luz,

Una luz triste, cansada

Luz para descansar,

Una luz entristecida,

Y asesinada.

 

Provenía de una ventana

A media pared colgada

Una pared, sucia, y ajada

De grietas y suciedad plagada.

 

Me senté a reposar, en aquel rincón

De paz de muerte, de silencio ruidoso,

Un lugar austero, simple y cariñoso,

De descanso, cansancio y ambición.

 

Ambición por el misterio,

De la luz extraña,

La curiosidad que nació

Junto con la raza humana,

 

Una curiosidad que supera la coherencia,

Por la que se arriesga la vida,

Por el misterio y su sabiduría,

Por alguna esperanza baldía, perdida.

 

Evocaba la luz una extraña pena

Una... tristeza... melancólica,

De esperanza... inocencia perdida,

¿Magia? ¿Refracción? aquello ¿Qué era?

 

Me acerque a la ventana,

Hasta casi tocarla,

Y eche a reír, mientras, lloraba:

¡Luz cansada!

 

Pues, la magia, las esperanzas,

La ilusión pasajera, si lo piensas,

No son más

Que polvo en las ventanas

 

Por: Jordi San Roman Monteagudo (07/10/06)

Motionless present

Entre las miradas desconocidas que me rodeaban,

Busqué un amigo...

Entre todas esas personas una sola buscaba,

Que estuviera conmigo.

 

Y sin embargo...

Simples me parecieron todos,

Simples palabras de elogio extraño.

 

No me sentía solo,

No había espacio,

No me sentía solo,

En mi pecho,

No me sentía solo,

Suavidad de luz, desprecio

Y espaldas con sobrepeso,

No me sentía solo.

 

Pues se me llenaban de secas lágrimas los ojos,

Fecunda tierra iracunda

Entre los restos de mis despojos.

 

Despojos que dejaron hace ya tiempo de vivir,

Despojos de tierra y tierra que vino a mí.

 

Frondosa inteligencia,

Endebles frutos paganos,

Negligente indulgencia

Del soldado novato.

 

Miro al futuro con ojos decepcionados,

Rememorando palabras

Y dichos mal contados.

 

Cause the future is always in motion, and plans are fragile things

 

Por: Jordi San Roman Monteagudo (26/11/07)

la última frase quiere deicr: el futuro está siempre en movimiento, y los planes son cosas frágiles. Está esxtraida de un videojuego, un saludo para Kreya de SWKOTOR

POR UN CLAVO

Por un clavo
y todo esto así pasó
Por una caballero
se perdió una guerra.
se perdió una herradura.
Por un caballo
porque un clavo se perdió.
se perdió un caballo.
se perdió un reino
Por una guerra
Por una herradura
se perdió un caballero.

Popular

Nota a la coherente estupidez humana

Tenía frente a mí,

A una chica anónima,

Más o menos guapa,

Y junto a ella había,

Un imbécil de melena rubia

Y mirada vacía... llana.

 

Y la chica coquetea

Entre quejas y cariñosos improperios,

Tan imbécil como él, ella

Recompensa con sonrisas sus descuidos,

Su arrogancia,

Y su despreocupada indiligencia.

 

Bah...


Al fin y al cabo, no se por que me quejo,

Son tal para cual,

Un imbécil indolente

Enamorado de su reflejo.


Por: Jordi San Roman Monteagudo (28/09/07)

Estando aquí

Estando en este lugar...

Hora extraño... hora cotidiano,

Siento mis dudas,

Hora feliz... hora asustado.

 

Cuando ande por el valle de las sombras

Nothing I shall fear,

Pues si Dios me abandona

Mi alma me custodia.

 

Y sin embargo aquí estoy.

 

Pensando que no me quería,

Pensando... estupideces que creía,

Falsa ciencia, retrospectiva ilusión

Y sentimiento.

 

Y al despertarme esta mañana le vi...

Tan simple, tan sincera,

Tan llanamente llena de inocente sensualidad,

Y sin que lo supiera,

Le quise... entre mis brazos la cogí.

 

Y me sentí ligero... renovado,

Y sin embargo nostálgico y pasado,

Infancia... Barcelona... pero más grande,

Como yo mismo... le amé.

 

Y al mirar a los edificios... ¡tan altos!

Me sentí de nuevo niño...

Y mis hombros descargados,

Como si nunca hubiera vivido.

 

Miré al cielo sonriente,

Y sin saber el porqué

Del camino por que andamos

Pensé: porque vivimos.

 

Muerte...

Y estrella cercana,

Sueños dementes

De una infante arcana

Mi alma.

 

Por: Jordi San Roman Monteagudo (05/12/07)